Nuestra visión

Despegue

La inteligencia artificial, el aprendizaje automático o la ética algorítmica no son conceptos del futuro, sino del presente, solo que no exactamente como los imaginamos. Las máquinas escriben en lenguaje humano, pintan cuadros, responden preguntas complejas y nos ganan al ajedrez. Sin embargo, la imaginación y la expectativa pueden llegar a proyectarse muy lejos de la realidad. Es necesario reflexionar sobre algunos conceptos, interiorizarlos y pasar de una mirada abstracta a una visión más concreta e informada.

Nuestra forma de ver la IA es optimista, centrada y creativa.

¿Qué entendemos por inteligencia?

Cuando decimos que un sistema es inteligente, significa que puede sacar conclusiones lógicas a partir de la observación directa de datos que le suministra un agente externo. Cuando los humanos nos ponemos a pensar para resolver un problema, consideramos a la vez toda la información almacenada en nuestro recorrido vital, y tenemos algo muy importante: la conciencia interna de nosotros mismos y nuestra identidad. La máquina solo tiene el contexto que nosotros le proporcionamos y no es capaz de buscarlo de manera proactiva, por eso hay que cuidar cada dato, cada información, cada parámetro.

¿Qué entendemos por aprendizaje?

Cuando decimos que un sistema aprende, nos estamos refiriendo a su capacidad para imitar cómo resolvemos nosotros una tarea. Una vez ha visto el encargo resuelto muchas veces es capaz de extraer patrones lógicos sobre los factores que tenemos en cuenta a la hora de tomar decisiones. El sistema acaba pudiendo realizar la tarea de manera autónoma. Sin embargo, el margen de error en algunas tareas es mayor del esperado: siempre hay factores que se escapan. ¿Cuáles? Los que no están explicitados en los datos porque todos los humanos los conocemos de manera implícita. El reto de transferir a las máquinas el contexto compartido aún está por explorar.

Las metáforas

Es inevitable utilizar metáforas de procesos cognitivos naturales para referirnos a procesos artificiales. Esto ocurre porque son nuestra única referencia para poder nombrar y describir algo tan nuevo: asimilarlo a algo que conocemos. En Prodigioso Volcán también usamos estas metáforas, pero siempre con los pies en la tierra: recordando que son solo una forma sencilla de referirnos a procesos muy complejos, que acaban consistiendo siempre en cálculos numéricos.

El mayor peligro de la inteligencia artificial es que los humanos lleguen demasiado pronto a la conclusión de que la entienden

Eliezer Yudkowsky

El mito

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Desmitificar la inteligencia artificial, conocerla y reajustar las expectativas hacia ella es el primer paso para aplicarla con sentido. En una IA, la forma de robot o androide es solo un envoltorio. Lo que cuenta es su capacidad y autonomía para resolver problemas.

En la mayoría de las tecnologías inteligentes hoy en día, los resultados no son perfectos, pero son útiles.

¿Qué nos aporta?

Inteligencia natural
Inteligencia artificial
Capacidad para realizar cálculos
Capacidad para resolver problemas lógicos complejos
Capacidad de aprendizaje a partir de ejemplos resueltos
Conocimiento del contexto social compartido
Inteligencia emocional, análisis del interlocutor
Control semántico: ironía, contradicción, disparate, falso sentido
Autonomía para tomar decisiones ante múltiples variables
Creatividad no dirigida, aleatoriedad
Capacidad para aplicar lo aprendido en una tarea a otra tarea diferente
Experiencia acumulada en el recorrido vital
Conciencia de uno mismo y su existencia

¿En qué términos se mide la inteligencia?

Inteligencia natural
Creatividad
Liderazgo
Análisis
Talento
Resolución
Confianza
Combinar
las fortalezas de ambas con supervisión mutua es el camino al mejor resultado
Eficiencia
Velocidad
Cálculo
Procesamiento
Optimización
Credibilidad
Inteligencia artificial

El efecto IA

Según Pamela McCorduck en su libro Machines who think (2004), el llamado efecto IA recoge la paradoja de que el concepto de qué es inteligencia artificial y qué no lo es va cambiando a medida que se normalizan los avances. Cuando la inteligencia artificial resuelve un problema y se puede explicar cómo lo hace, ese sistema deja de parecernos inteligente y su uso se integra discretamente junto con otras soluciones conocidas. No se trata, por tanto, de un concepto sólido, sino más dinámico y flexible de lo que creíamos.

Utilizar la inteligencia artificial sin una visión crítica, creativa y productiva, puede convertirla en dos palabras vacías de contenido. Es necesario aportar a los proyectos contexto, sentido e imaginación, saltar de la fascinación a la utilidad.

Pamela McCorduck

AI is a bridge between art and science

Pamela McCorduck
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