Somos ruidosos, gritones, incómodos para toda esa masa gris que se ha
olvidado de que una vez también tuvo nuestra edad. Toda esa gente que te mira por encima del hombro y te
dice con aire de suficiencia que esto pasará, que ya vendrán tiempos mejores, que ese dolor que ahora
sientes es pasajero, como si la adolescencia fuera un espejismo, un maldito ensayo de la vida que va a
venir después. Pero esa gente se olvida de que la vida siempre es hoy.
Nadie nos oye (1977), Nando López