Hablamos de la generación Z como del conjunto de jóvenes a nivel global, pero nos enfrentamos en realidad a cientos de comunidades que abandonan lo binario y las categorías identitarias tradicionales.
Edad, género, nacionalidad... Los compartimentos estancos ya no les definen. Incluso el concepto de “generación” ha perdido poder identitario. Habrá que deconstruir la etiqueta para comprender su significado. Repasamos algunos de los trabajos más destacados y analizamos nuevas formas de conectar con la ¿generación? más esquiva y deseada. Porque la Z es, ante todo, matices y contradicción. Contraste.