Marcas que hablan,
que sienten,
que emocionan
¿Qué es una marca? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se construye? Vivimos rodeados de marcas, pero rara vez nos paramos a pensar en ellas. Una marca define a la organización que hay detrás; transmite su esencia, creencias y posicionamiento; la diferencia de sus competidoras: la hace única.
Descargar el informe“La marca no es lo que usted dice que es, sino lo que los consumidores dicen que es”.
Marty Neumeier, The Brand Gap
Hace décadas que las organizaciones han dejado de ser valoradas única y exclusivamente por lo que ofrecen o venden. Es la economía de los intangibles: importa qué ofrece una empresa, pero sobre todo cómo se percibe y la conexión emocional que logra con sus clientes. En el siglo XXI, las marcas canalizan la evolución de la propuesta de valor desde el producto a la experiencia.
Las marcas tienen que actuar, hablar, conectar y también emocionar. Son la dimensión humana, la expresión de la personalidad de una empresa. Porque, además de constituir la cara más visible, conforman también el mayor patrimonio intangible de las organizaciones. ¿El motivo? Su valor afecta a todos los aspectos de una compañía.
Son el mayor intangible de la empresa |
Abren nuevos mercados |
Generan preferencia |
Son más longevas que cualquier producto |
Multiplican el efecto de la comunicación |
Cumplen una función emocional de sentido de pertenencia interno y externo |
Se pueden licenciar |
Identifican las empresas con su propósito |
Atraen talento, inversores y socios |
La desintermediación producida por la digitalización provoca que la conceptualización y articulación de las marcas implique cada vez más poner el foco en el componente emocional. ¿Quién eres? ¿Qué ofreces? ¿Cómo lo haces? Esa es la personalidad de las marcas, lo que nos permite conectar con ellas. Sin embargo, una personalidad de marca nunca estará completa sin un propósito por el que guiarse.