Aerolito / Febrero 2022

Agenda

climática

Llega el momento de que el planeta, las instituciones, las empresas y la sociedad civil compartan agenda

Scroll

—Para poder seguir el ritmo que marca el planeta, lo importante ha de convertirse en urgente

Empresas, medios e instituciones parecen ponerse de acuerdo en la lucha contra el cambio climático con cada nueva cumbre del clima. Sin embargo, una vez se apagan los focos, el desafío vuelve a un segundo plano.

Haya cumbre o no, las organizaciones deben plantearse su contribución a una economía descarbonizada: qué hacer, medir y cambiar para avanzar hacia el que se presupone un objetivo común. Todo sin caer en una “sostenibilidad de última hora” o “de saldo”. Algo que, no pocas veces, comienza por comprender —de verdad— en qué consiste esta agenda climática que ocupa portadas. 

Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda
Climática
Agenda

¿Por qué importa?

separador diagonal

Porque hace tiempo que las cuestiones climáticas han dejado de ser un asunto solo de las grandes empresas industriales. Toda actividad produce un impacto, incluidas las 100% digitales. Conceptos como “net zero” o “factores ESG” demuestran que el abordaje del desafío evoluciona. También la incorporación cada vez mayor de “criterios verdes” para obtener financiación. 

01

¿En qué consiste?

separador diagonal

En los objetivos, obligaciones e indicadores compartidos entre todos los agentes de la sociedad para contribuir a la salud del planeta y lograr una economía descarbonizada. Los problemas a solucionar y las acciones a tomar.

02

¿Me interesa?

separador diagonal

Te afecta. Y te conviene. Por un lado, porque es un problema de salud planetaria que nos atañe a toda la población. Por otro, porque el diseño de productos y servicios sostenibles puede llegar a aumentar los ingresos de una empresa hasta un 32% frente a sus competidores, según datos de McKinsey & Company.

03

¿Cómo me preparo?

separador diagonal

Apostando por ecosistemas y conexiones a lo largo de toda la cadena de suministro que aporten valor, garantizando dinámicas de trabajo circulares, invirtiendo en modelos de negocio innovadores y aprovechando el apoyo de la tecnología. Es hora de actualizar las ideas, los enfoques y la visión de lo que se entiende por “sostenibilidad”. 

04

Lo que hay que saber

Claves

—Lo que hay que saber para seguir el ritmo

Contexto

La agenda climática también cuenta con sus grandes encuentros: las COP o “Conferencias de las Partes”. En ellas se reúnen las 197 partes —196 países y la Unión Europea— que firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en 1992. Hoy se han convertido en un gran momento de conciencia colectiva sobre el desafío climático.

197

En ellas se reúnen las 197 partes —196 países y la Unión Europea— que firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en 1992.

Durante 30 años, estas conferencias han sido sede de complejas negociaciones entre casi todos los países del mundo, desde los más contaminantes hasta los pequeños estados insulares.

Las COP son el único foro mundial donde todo el planeta puede reunirse y comprometerse con los grandes recortes de emisiones. Estas decisiones afectarán, a su vez, a pequeñas, medianas y grandes empresas, a la cualificación de sus empleados, al tipo de producto o servicio ofrecido y cómo lo ponen en circulación.

Sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue la COP21, celebrada en 2015 en París. Era la primera vez que casi todos los países del globo aceptaban un compromiso vinculante a nivel jurídico para reducir las emisiones y acelerar la inversión necesaria para ello. Se acordó que las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) deben llegar a cero a mediados de siglo —“huella de carbono cero” o net zero— para así garantizar que la temperatura global no suba más de 2ºC o, a poder ser, más de 1,5ºC respecto a niveles preindustriales.

Carbono

cero
cero
cero
cero
cero
cero

Que la temperatura global no suba más de 1,5ºC es necesario para evitar un impacto severo sobre la agricultura, la biodiversidad y la salud. La India se ha puesto 2070 como meta para la neutralidad de emisiones, EE. UU. y la Unión Europea aseguran que lo harán en 2050 y China sitúa en 2060 el fin del CO₂. 

Pese a ello, y según los planes actuales de los distintos países, vamos de camino a un aumento de al menos 2,7ºC en este siglo. El Sexto Informe de Evaluación del IPCC (agosto 2021) considera que limitar el calentamiento a 1,5º todavía es posible desde una perspectiva física, pero solo si las emisiones de CO₂ se reducen hasta alcanzar la huella de carbono cero, con 2050 como fecha tope. En ese sentido, los países ricos deben tomar la iniciativa y avanzar mucho más rápido de lo prometido sobre el papel.

75%

de las emisiones globales de dióxido de carbono es producido por los países del G20. Sin embargo, muchos cuentan con planes climáticos altamente insuficientes, entre ellos India, China, Australia, Arabia Saudí, Rusia y Brasil.

El desafío de la descarbonización

2015

35496 MtCO₂ (megatoneladas de dióxido de carbono) generadas a nivel mundial. Incremento de 0,9ºC en la temperatura global.

2020

34807 MtCO₂ (megatoneladas de dióxido de carbono) generadas a nivel mundial. Incremento de 1,2ºC en la temperatura global.

¿2030?

Las medidas que se tomen entre 2021 y 2030 serán cruciales: la descarbonización del transporte, el fin de la deforestación y la eficiencia de los procesos industriales son esenciales para aplanar la curva. 

Contra la confusión climática, la semántica importa

Es necesario repensar la semántica del clima para devolver la relevancia y sensación de urgencia al debate. Frente a términos como “cambio” o “crisis”, la expresión “emergencia climática” refleja una amenaza inminente, que pone en riesgo la supervivencia del medio ambiente e incluso de la especie humana, no solo a largo plazo, sino en términos inmediatos. 

cambio
crisis
emergencia

Al igual que es importante manejar los conceptos y términos de un movimiento si se quiere comprender y participar del mismo, el nombre que damos a las cosas también tiene su peso. La crisis climática no es un cambio circunstancial, estamos ante una situación de emergencia. Sin tener que censurar la expresión “cambio climático”, se recomienda utilizar las nuevas expresiones —como crisis y emergencia— para concienciar de su magnitud y gravedad. 

Contra la confusión climática, un glosario básico

En muchas ocasiones, lo que impide a las empresas y a la sociedad actuar de manera sostenible es su desconocimiento acerca del clima y el medio ambiente. Una desinformación que obstaculiza la toma de decisiones y las acciones eficaces; un silencio climático cada vez más peligroso. 

Agenda 2030

Adoptada por la ONU en 2015, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, y plantea 17 Objetivos (ODS) que abarcan las esferas económica, social y ambiental. Integrar la Agenda 2030 en el modelo económico y empresarial permite avanzar en nuevas formas de crecer y contribuir; apostar por una transformación sostenible.
/01

Stocktake

Es el mecanismo de balance o rendición de cuentas adoptado por los países que firmaron el Acuerdo de París en la Cumbre del Clima de 2015. La idea es “hacer inventario” y comprobar cada cinco años el progreso en los objetivos marcados: la implementación de acciones en mitigación, adaptación y financiación, además del avance de los planes climáticos nacionales. Eso sí, las conclusiones del stocktake no serán legalmente vinculantes o prescriptivas, sino que se limitarán a mensajes políticos, recomendaciones y buenas prácticas.  
/02

Economía descarbonizada

Es un sistema que consigue desvincular el crecimiento económico de la emisión de CO₂  y alcanzar la neutralidad en carbono a través de la transición energética —un cambio estructural que elimine el carbono de la producción de energía y apueste por las renovables—. La economía descarbonizada es además una gran oportunidad para generar riqueza y empleo de manera sostenible y equitativa, para fomentar un crecimiento circular que no implique el consumo masivo de recursos ni la destrucción del planeta. 
/03

Carrera hacia el cero

Es la mayor alianza global por la huella de carbono cero, liderada por los “campeones de alto nivel para la acción climática” —un reconocimiento otorgado en cada conferencia del clima de la ONU— de la COP25 y la COP26: Gonzalo Muñoz y Nigel Topping. Enmarcada dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, esta campaña cuenta con más de 3.800 miembros: ciudades, regiones enteras, inversores, instituciones educativas, empresas… Se plantea como una carrera para recortar las emisiones de carbono en 2030 y ponerles fin de manera definitiva para el año 2050. 
/04

Lavado verde, rosa y morado

El lavado verde —también conocido como “greenwashing”— consiste en orientar el marketing de una organización o empresa hacia un posicionamiento ecológico cuando sus políticas o actuaciones no favorecen realmente el medio ambiente o la lucha contra el calentamiento global. Lo mismo ocurre cuando una entidad utiliza el marketing con el objetivo comercial o político de “venderse” como un espacio feminista (purplewashing) o inclusivo para personas LGBTIQ+ (pinkwashing).
/05

Transición justa

La eliminación de los combustibles fósiles debe realizarse mediante una transición justa para las personas y las comunidades afectadas. Sectores como la agricultura, la salud, la automoción o la construcción se encuentran en una situación cada vez más precaria, agravada por el impacto de la crisis climática. Habrá que apoyarse en alternativas y complementos de empleo que garanticen una transición justa hacia las renovables; con iniciativas que apoyen a las distintas regiones y trabajadores y fomenten una política industrial sostenible. La protección del empleo y las comunidades no debería ser incompatible con el cuidado del medio ambiente.
/06

Certificaciones de sostenibilidad

Los certificados de sostenibilidad buscan identificar a aquellas compañías que crean valor social, ambiental y económico para todos sus grupos de interés, no solo los accionistas —trabajadores, proveedores, clientes, comunidades y medio ambiente—. Existen en torno a más de 500 certificaciones, concedidas por distintos organismos, pero la condición básica es que la empresa aproveche su influencia para generar un impacto positivo en las personas y el planeta. En teoría, estos sellos deberían reflejar un compromiso activo que adquiere la empresa, no ser otra “medalla” más que se acumula en su lista de reconocimientos. 
/07

Factores ESG

Estas tres siglas hacen referencia a un cambio de actitud por parte de las empresas: tienen en cuenta el impacto de la actividad empresarial en el medio ambiente —la “E” se refiere a Enviromental—, el entorno social y la comunidad —la “S” viene de Social—. Además, la “G” de Governance o gobernanza alude al gobierno corporativo de la empresa: composición del Consejo de Administración, políticas de transparencia, código de conducta, etc. Las compañías los incorporan cada vez más a su actividad y a la toma de decisiones, pues el peso que estos tres criterios tienen para los inversores es clave. 
/08

Fondos de Inversión en el Clima

Los Fondos de Inversión en el Clima (CIF, por sus siglas en inglés) comprenden un mecanismo de financiación climática multilateral dirigido a los países en desarrollo que apuestan por un crecimiento bajo en carbono y respetuoso con el clima. Su lanzamiento en 2008 surgió del reconocimiento por parte de los líderes mundiales de que el cambio climático y el desarrollo están necesariamente vinculados y de que se necesita una inversión climáticamente inteligente para la adaptación y el progreso de los ODS. Los componen el Fondo de Tecnologías Limpias y el Fondo Estratégico para el Clima. 
/09

Mercado global de compensaciones

El Artículo 6 del Acuerdo de París (2015) defiende la creación de un mercado mundial voluntario de compensaciones de carbono: si un país excediera en el futuro los objetivos originales de reducción de su plan nacional se los podría transferir a otro que tiene dificultades para cumplir el suyo, y viceversa. Esto permitiría que un país contaminador que ha emitido gases de efecto invernadero intercambie o “compense” esas emisiones con créditos de carbono que podrían comprarse y venderse. Sin embargo, la compensación no impide que las emisiones entren en la atmósfera y calienten el planeta, solo evita que se atribuyan a quien las produce. 
/10

¿Hay esperanza?

La respuesta es sí. La capacidad de influencia y acción de los distintos agentes políticos y empresariales, así como la implicación ciudadana, está haciendo que las cosas cambien en la dirección adecuada. Sin embargo, los riesgos siguen siendo muy altos y hay que actuar rápido. 

Las cifras sobre el coste potencial de un calentamiento continuado siguen aumentando: si no se reducen rápidamente las emisiones, las pérdidas en este siglo supondrían el 23% del PIB mundial, según un estudio publicado por el Mercator Research Institute on Global Commons and Climate Change.

Estas pérdidas económicas superarían incluso a las sufridas durante la Gran Depresión, en las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX. El coste de la inacción sería muy superior al de la descarbonización. 

Ahora bien, existen numerosos motivos para creer en el cambio. La era de los combustibles fósiles se acerca a su fin, la conciencia ciudadana se extiende y los patrones de consumo cambian, las instituciones financieras empiezan a colaborar y cada vez existen más soluciones asequibles y sostenibles para satisfacer todas nuestras necesidades energéticas.

El sector financiero despierta y exige

Algunos de los mayores compradores de bonos —como el Banco Central Europeo— y propietarios de activos del mundo están alineando sus estrategias con el Acuerdo de París. Importantes bancos e instituciones financieras han asumido compromisos históricos en la COP26 para poner fin a la financiación del carbón, incluidos los principales prestamistas internacionales: HSBC, Fidelity International y Ethos. Además, un grupo de 25 países —los socios de la COP26, Italia, Canadá, Estados Unidos y Dinamarca, junto con instituciones financieras públicas— han firmado una declaración conjunta para acabar con el apoyo público internacional al sector de combustibles fósiles en 2022.

Crece la implicación de la ciudadanía

El apoyo y participación de los ciudadanos es crucial para la reducción de emisiones, según el informe Emisiones netas cero en 2050, elaborado por la Agencia Internacional de Energía. En torno a un 55% de las reducciones que se produzcan hasta 2050 estarán vinculadas a comportamientos del consumidor: desde comprar un vehículo eléctrico hasta modernizar una casa con tecnologías de eficiencia energética o instalar una bomba de calor. De ahí la importancia de avanzar hacia un cambio en los estilos de vida y patrones de consumo. 

Los combustibles fósiles pasan a primer plano

En la declaración final de la COP26, celebrada en noviembre de 2021 en Glasgow, se ha pedido a los países que reduzcan gradualmente el carbón y las subvenciones a los combustibles fósiles. Es la primera vez que en una decisión de la ONU de este tipo se mencionan los combustibles fósiles, principales responsables de las emisiones —sobre todo el carbón— . Eso sí, sin fijar plazo alguno y dejando la puerta abierta a las centrales de carbón con sistemas de captura y almacenaje de CO₂  —que atrapan este gas antes de que llegue a la atmósfera—.

Renovables y transporte sostenible como avanzadilla

En la mayoría de los países, las energías solar y eólica se han convertido en las formas más baratas de producir nueva electricidad. Además, los países y las empresas automovilísticas están eliminando progresivamente la venta de motores de combustión. Queda el reto de reducir de los desplazamientos aéreos —los vuelos producen el 12% de las emisiones relacionadas con transporte—y el transporte marítimo. 

12%

de las emisiones relacionadas con el transporte son provocadas por los vuelos.

Pensamiento regenerativo

Este tipo de aproximación consiste en desarrollar una lógica de pensamiento y toma de decisiones que va más allá del “no hacer daño” y es capaz de aportar valor. El pensamiento regenerativo considera que el mundo se basa en relaciones recíprocas entre las personas y los ecosistemas y que, por tanto, los desafíos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos pasan por regenerar y restaurar nuestra relación con la sociedad y el medio ambiente. 

El futuro como metodología

Este enfoque busca que las personas comprendan mejor el papel del futuro en lo que ven y hacen, para potenciar la imaginación y mejorar la capacidad de preparación, recuperación y creatividad ante la incertidumbre. Cuanto más se comprenda el peso del futuro, más fácil será pensar a largo plazo. Al igual que la capacidad de leer o escribir, es una habilidad universal que toda la sociedad puede desarrollar. 

Una cuestión de enfoque

Por el derecho a un futuro

Para no caer en una “sostenibilidad de saldo” hay que adoptar una estrategia a largo plazo que permita afrontar un problema global complejo como la crisis climática. ¿Posibles claves? El pensamiento regenerativo y el futuro como metodología. 

Que el ritmo no pare

Frente a los acelerones de última hora, las instituciones, las empresas y la sociedad civil deben apostar por un compromiso climático que sea constante, acompasado y a largo plazo.

¿Quieres saber más sobre la agenda climática? ¿O sobre cualquier otra cosa? También puedes hacerlo si te gusta seguir el ritmo. Nos encanta bailar. 

Hablemos

¿Quieres saber más sobre desarrollo para dummies y cómo acercarte a la programación? ¿O sobre cualquier otra cosa? Nos encantan las manualidades.

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.